miércoles, 25 de septiembre de 2013

Equilibrios


Ya hace más de 3 meses de mi llegada al nuevo continente. Aún recuerdo ese momento donde después de 12 horas de vuelo el avión empezó a sobrevolar el DF, y pese al sueño y el cansancio me desperté de golpe porque además de que lo que veía era impresionante, una ciudad que nunca se acababa, sentí que había llegado el momento de la verdad, el reto más grande y a la vez ilusionante de mi vida.

Ahora miro atrás y veo que lo más importante que he conseguido es una cierta estabilidad, en el sentido de que las primeras semanas fueron una locura y eso tenía cosas buenas pero no era sostenible, ahora en cambio ya tengo hogar fijo, personas en las que confiar y un plan de ruta en marcha. Ya no me altero tanto ni por las cosas buenas ni por las malas, supongo que porque con el tiempo me he acostumbrado a ese nuevo ritmo de vida. Y aprender a disfrutar de una comida diferente y sobretodo de personas con personalidades y costumbres diferentes.

Ya no me sorprendo cuando alguien me despierta gritando delante de la puerta de casa: "Tamaleees!!" o cuando voy por la calle y me encuentro a gente vendiendo tacos, fruta o cualquier cosa que se pueda comer. La calle está llena de vida, de olores, de gente y de coches de todas las épocas, en un panorama bastante pintoresco.

Ahora miro adelante y veo que me quedan 3 meses de visado de turista, es decir que llevo la mitad de mi primera etapa en México. Siento que van a ser muy diferentes de los 3 primeros: Mejores en algunas cosas y peores en otras. Los objetivos serán otros, aparecerán nuevas personas, desaparecerán otras, pero pase lo que pase yo seguiré mi camino con la ilusión del primer día. Porque hay algo que nunca cambiará: En éste país, por mucho que intentes conseguir estabilidad en base a rutinas, cualquier día puede pasar algo especial, que haga que no sea un día más, y solo por eso cada mañana te levantas con optimismo, esperando que sea uno de esos días en los que pasa algo que en otro lugar sería impensable.

El otro día escuché una línea de una canción de Coldplay que me pareció muy interesante: "When you get what you want but not what you need" (Cuando consigues lo que quieres pero no lo que necesitas). Creo que es muy acertada, porque no siempre quieres lo que más te conviene, pero tampoco quieres hacer lo que te conviene si es algo que no quieres. Son los equilibrios de los que siempre hablo.

martes, 17 de septiembre de 2013

Patriotismo


El 15 de septiembre se celebra la fiesta de la Independencia, y todo el país sale a la calle para conmemorar que hace más de 200 años consiguieron separarse de España y empezar a escribir su propia historia.

Llegamos a la plaza de Armas, centro espiritual de Querétaro, y ya está puesto el escenario donde van pasando varias bandas de mariachis. La gente va llegando a pesar de la intermitente lluvia, y el lugar se llena poco a poco mientras una cámara aérea sobrevuela la plaza y emite imágenes en varias pantallas situadas en distintos puntos. Se ven muchas banderas, bigotes, caras pintadas... Todos los símbolos del mexicanismo. Curiosamente solo conozco 2 canciones en toda la noche: "Cielito lindo", la más internacional, y "Mi Querétaro lindo", una especie de himno de la ciudad que cuando vives aquí oyes de vez en cuando.

Pronto desfilan varios miembros del ejército, lo que simboliza que el acto principal está a punto de empezar. Y llega el punto culminante: El gobernador sale al balcón acompañado de varias personas y suena el himno de México, las banderas ondean en la plaza y cuando se termina empieza lo que se le llama "El grito", el momento que todos estaban esperando: ¡Viva México!... y en la plaza retumba un: ¡Viva!, lo que da pie al espectáculo de fuegos artificiales mientras la música sigue sonando.

Se termina y todos abandonamos la plaza, cuando nos dirigimos a un pequeño restaurante del centro a comer algo ya que se ha hecho muy tarde. La orden consiste en unas enchiladas verdes (el título del blog está inspirado en este plato) y un caballito de tequila, la bebida nacional por excelencia.

Fue una jornada especial, evidentemente no tengo el mismo sentimiento que los nativos o los que llevan mucho tiempo aquí, pero aún así me pareció un gran acto de patriotismo, celebración y autoestima, con un pueblo unido que se siente orgulloso de su nacionalidad.

Llego a casa y sigue sonando en mis oídos la letra de una canción: "Ay mi Querétaro lindo, lo llevo en el corazón, le voy cantado a mi cielo, mi cielo querido rayito de sol..."

http://www.youtube.com/watch?v=llLa_SCxMSw

martes, 10 de septiembre de 2013

Ódiame más


Éste es el eslogan del Club América, el equipo de fútbol más importante del país, y me parece brillante. Las entidades deportivas relevantes, así como las empresas más importantes o incluso las personas más influyentes, siempre son las que tienen más admiradores, y a la vez más detractores. Y por eso ese eslogan me fascina tanto: "No me importa que me odies, de hecho quiero que me odies, porque eso significa que soy importante". Y la publicidad negativa siempre será mejor que la no publicidad.

Es difícil aplicar ese concepto en la vida real, porque en general no queremos que nadie nos odie. Nos conformamos con llevarnos bien con el máximo número de personas y hacer el máximo de amigos posibles, y si nos odian nos molesta: Si el otro tiene motivos porque hemos hecho algo mal, y si no porque nos parece injusto caer mal sin motivo. Pero yo creo que en el segundo caso mejor no preocuparse, porque si caes mal a alguien sin haberle hecho nada lo más probable es que te tenga envidia.

Aquí estoy aprendiendo que tienen un concepto diferente de amistad, o al menos en los círculos en los que me muevo: La gente en general prefiere la cantidad de amigos que la calidad, por lo que cuando llega el fin de semana siempre intentan reunirse con el máximo número de personas. Se prioriza el conocer gente nueva que el profundizar con personas que ya conoces. Yo siempre he sido partidario de lo contrario: Prefiero tener 3 amigos buenos que 10 "malos" (por malos me refiero a un bajo grado de confianza). Porque al final con un buen amigo podrás disfrutar más de los buenos momentos y tener más apoyo en los malos. Por ejemplo, el año pasado estuve 1 mes y medio en Escocia y solo hice 4 amigos, pero fueron mejores que los que tengo aquí. Y no porque sean mejores personas, sino porque pasé más tiempo con ellos.

De momento eso es algo que no me preocupa porque no me impide seguir disfrutando de esa gran experiencia, y en mi caso también es muy interesante conocer a tantas personas en poco tiempo porque me permite aprender mucho sobre cómo es la gente aquí, y con el tiempo supongo que podré acercarme a las personas con las que pueda tener más cosas en común. Mientras tanto, veo como algunos les caigo bien y a otros no tanto. Pero a estos últimos les digo: "Ódiame más".

martes, 3 de septiembre de 2013

Asados


Lo mejor que te puede pasar en México es que te inviten a un asado: Son reuniones entre amigos o familiares donde el anfitrión tiene una parrilla y se pone a cocinar todo tipo de carne al estilo barbacoa. Ya he comentado alguna vez que aquí tanto la carne como las salsas son buenísimas, así que a la parrilla ya queda de vicio. Por suerte lo habitual es acompañarlo con pan y no con tortillas, no me imagino comiéndome una buena arrachera en una insignificante tortilla de trigo.

El sábado pasado fui a un cumpleaños y la cena eran tacos de carne asada: Al pastor, bistec, chorizo... Mucho nivel, sobretodo porque lo normal en celebraciones de gente joven son cosas rápidas, lo bueno es que aquí algo rápido es un taco al pastor que es algo que está realmente bueno.

Mi déficit fiestero sigue estando en el tema musical: La gente se pone a bailar como si fuera una boda, con canciones que parecen pasadas de moda pero que aquí son aptas para todos los públicos. El otro día estaba sonando una canción que me sonaba, pero no caía en qué grupo era... Pues bien, después de cantar media canción me di cuenta de que era... de los Backstreet Boys! Esos hits para adolescentes que pegaron hace más de una década y que cuando menos te lo esperas vuelven a reurgir. Cuánto daño hicieron los '90...

Pues bien, el caso es que aquí la gente joven baila música que en Europa es "para gente mayor", por eso hacía antes el paralelismo con las bodas. Así que normalmente me limito a hablar con gente a la que tampoco le gusta bailar, siempre con una buena chela en la mano, y si bebo las suficientes ya me animo a salir a intentar "algo".

Se acerca el día de la Independencia y se empiezan a ver muchas banderas mexicanas por las calles, así que la próxima entrada seguramente tratará sobre esa gran fiesta nacional. Aquí todo lo celebran a lo grande, así que ésto promete.