miércoles, 3 de julio de 2013

México DF, ciudad de contrastes


Mi primera semana en el DF fue una de esas experiencias que nunca olvidas. Desde mi llegada al aeropuerto sobrevolando toda la ciudad a muy poca altura me di cuenta de que aquello me rompería todos los esquemas. Pese al cansancio por el vuelo y las intempestivas horas por el cambio de horario, disfruté de mis primeros tacos con la ilusión de lo que representaba el inicio de una nueva etapa.

Estos primeros días me sirvieron para constatar por qué es una de las ciudades más importantes y especiales del Mundo: Más de 20 millones de personas, grandes contrastes entre las diferentes zonas (delegaciones), comida las 24 horas del día, coches, contaminación... Cosas que ya sabía pero que impresionan cuando lo vives en primera persona. El hecho de pasar esa semana con mis familiares mexicanos (gracias a ellos se redujo mucho el impacto del cambio de país) me permitió experimentar muchas de sus costumbres: Desayunos muy fuertes y peculiares, comidas tardías, visitas a lugares interesantes y poco turísticos, y en definitiva, el proceso de adaptación a tantas cosas tan diferentes.

Pero lo verdaderamente impactante de esta ciudad es la brutal diferencias de clases que hay: Muchísimos coches y casas de lujo conviviendo con personas que se ganan la vida en la calle. Edificios altos y modernos al lado de edificios que se caen. Restaurantes de lujo al lado de taquerías en las que comes por 30 pesos (2 euros). Otra curiosidad es que cuando me subí al turibus del centro (el lugar del turismo por excelencia) el 90% de la gente era mexicana, el 8% americana y el 2% restante era yo, como representante del viejo continente. El punto culminante del trayecto fue la visita a la plaza España, con una réplica de la Cibeles a tamaño real. Me prometí a mi mismo ir allí a celebrar los próximos títulos del Barça.

Me gustó especialmente mi visita a Xochimilco, a las famosas barquitas de colores que recorren el único canal de la ciudad (ver foto). Durante el trayecto te ofrecen música de mariachis, comida, ropa, joyas... si lo pides igual hasta te casan allí. Por suerte era entre semana y estaba bastante tranquilo, pero nos comentaron que el fin de semana se llena de jóvenes que zarpan con decenas de cervezas y altavoces. Let's party!!

                       

Vista la capital, el sábado siguiente me dirigí al destino de mi aventura, la ciudad donde pasaré los próximos meses y quien sabe si más. En la próxima entrada empezaré a contar mis aventuras en Querétaro, la ciudad donde nadie nace pero todo el Mundo vive.

No hay comentarios:

Publicar un comentario