miércoles, 14 de agosto de 2013

Diferencias


Cuando llegas a un país tan diferente te enfrentas a un dilema interesante: ¿Te adaptas para ser uno más o sigues siendo tu mismo para no perder tu identidad? Eres diferente por tu aspecto, tu acento y hasta cómo te comportas. Has convivido siempre con un perfil de gente, marcado por el 'Welfare' europeo, por una educación laica, por una sociedad competitiva donde todos buscan diferenciarse del resto.

Al principio lo tienes claro: Observas como se comportan e intentas imitarlos, que sientan que eres uno de ellos. Pero con el tiempo te das cuenta de que una cosa es adaptarse y otra olvidarte de tu verdadera personalidad y ser algo en lo que no crees. Porque en el momento en que renuncias a tus ideales dejas de ser auténtico, y pasas a ser una cosa indefinida que no sabe donde está ni donde se dirige.

La gente mexicana en general es muy amable, conoces a alguien y desde el primer momento te aceptan como eres y te tratan como si te conocieran desde hace tiempo. Se interesan por ti y te escuchan, son gente muy integradora y tardas muy poco tiempo en saber que puedes confiar en alguien. También son muy amables con el servicio: Meseros (camareros), vendedores, taxistas... Eso es algo de lo que tendríamos que aprender en Europa, porque al final son gente que está haciendo su trabajo, que en este momento trabajan para ti y que en general son muy amables contigo, así que tu no puedes hacer otra cosa que corresponderles. Yo por ejemplo nunca he trabajado en el sector servicios pero si lo hiciera me gustaría que los clientes me trataran bien, me sentiría más realizado.

A lo que iba: Esos son valores que está muy bien integrar en tu persona, porque son cosas en las que crees y que envidias de ellos. Pero luego hay cosas de su manera de pensar en las que no estoy de acuerdo, y que evidentemente respeto porque no digo que sea mejor ni peor, simplemente diferente. Yo seguiré pensando y actuando como yo crea conveniente, siendo quien quiero ser y esperando que el resto de personas me acepten como tal.

Los gurús del marketing y la publicidad, por ejemplo, insisten en que en una sociedad tan competitiva como la actual es muy importante saber crear una marca personal que te diferencie de los demás y que te permita añadir valor, ya sea en un grupo de personas o en una empresa. En mi caso ya tengo gran parte del trabajo hecho, como dije antes no necesito ni siquiera hablar para que sepan que soy diferente, solo con el aspecto ya lo saben a 100 metros. Y eso hará que algunas personas se interesen más por mi y que otras puedan tener perjuicios antes de conocerme. Es algo que tengo que aceptar porque es así, y buscar mi ventaja competitiva en vez de esconderme o sentirme inferior.

Acabo con una frase que me dijo un empresario español hace unas semanas: "Imagínate que México es un pastel muy grande. ¿Qué puedes aportar tu para quedarte con una parte del pastel?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario